“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
El entrecomillado corresponde al artículo 14 de la Constitución de 1978. Es un mandato taxativo (“los españoles son”) sobre el que todo lo que hay que escribir está ya escrito por plumas mucho más doctas que la mía.
También hay amplia literatura sobre el convencimiento de la mayoría de los ciudadanos de que ese mandato no se cumple. El temor de que en España haya una Justicia para ricos y otra para pobres es antiguo, sin que los poderes públicos se hayan esforzado en despejar las dudas existentes. Sigue leyendo